¿Suelo radiante sí o no?
El suelo radiante se ha convertido en una gran opción a la hora de resolver la calefacción de los edificios o viviendas particulares. Es evidente la gran ventaja estética y de confort que ofrece: la vivienda queda libre de los “molestos” radiadores y además supone un reparto de calor uniforme por toda la casa a la vez que se evitan los efectos de la convección del aire generados por otros sistemas.
Actualmente el suelo radiante utiliza agua a una temperatura de entre 35 y 45 grados (mientras que la instalación de calefacción con radiadores tradicionales utiliza agua a más de 70 grados), y la superficie del suelo como máximo puede alcanzar una temperatura de 29 grados (limitada por normativa), de manera que nunca se supera la temperatura corporal y se evitan los efectos negativos, aunque aún muchos dudan de hasta que punto siga siendo saludable.
El suelo radiante y su eficiencia
Eso sí, desde el punto de vista sostenible el suelo radiante tiene las de ganar. Se trata de un sistema de calefacción que como ya hemos visto utiliza agua a baja temperatura por lo que la eficiencia de la instalación es mucho mayor, alcanzándose ahorros del 15 al 20% respecto a la calefacción tradicional (aunque depende del pavimento final que elijamos), y encima puede llegar a utilizarse únicamente con el aporte de paneles solares térmicos ¡100% energía renovable! Además es posible diseñar el sistema para que en los meses de calor sea también refrescante, aunque dicha propiedad supone mayor dificultad técnica por las necesidades de control de la humedad para evitar condensaciones en la superficie del pavimento.
Ventajas del suelo radiante
1.- Uso de fuentes renovables
Al tratarse del sistema de calefacción que emplea la temperatura de impulsión de agua más baja (entre 30 y 45º) generalmente utiliza para su funcionamiento fuentes de energía renovables, como son la aerotermia o la geotermia a través de la bomba de calor o la energía solar térmica a través de sistemas híbridos. Esto lo convierte en uno de los sistemas de calefacción más respetuosos con el medio ambiente.
2.- Sensación de confort
La temperatura del aire cercano al suelo será ligeramente superior a la temperatura del aire a la altura de la cabeza, el calor se reparte de forma uniforme por toda la casa y no se acumula en zonas puntuales como en los radiadores o en el techo en el caso de sistemas por aire. Al no producirse corrientes de aire se reduce el polvo, no produce sequedad y la baja humedad consigue evitar la aparición de ácaros.
Así que, tanto el suelo radiante como el zócalo o muro bajo radiante son soluciones muy recomendables por su buen comportamiento en lo que se refiere a la eficiencia energética y al confort de los ocupantes. La elección dependerá del espacio y el presupuesto disponibles.
3.- Poco consumo
Al tratarse de un sistema de baja temperatura, se consiguen grandes ahorros combinándolo con sistemas de generación de calor eficientes como la aerotermia o la geotermia, calderas de baja temperatura o condensación, y energía solar térmica. Por ello, el uso de suelo radiante consume entre un 10% y un 20% menos en relación a otros sistemas de calefacción convencional.
4.- Alto Rendimiento
Gracias a que los circuitos que transportan el agua son muy delgados, de entre 6 y 10 mm, el caudal a mover es mínimo. La cantidad de energía necesaria para calentarlo o enfriarlo también lo será, por eso se trata del sistema de calefacción que emplea la temperatura de agua más baja (entre 30 y 45 grados).
5.-No más radiadores
Al estar instalado el sistema bajo suelo o tras paredes y techos, nos olvidamos de colocar elementos en las paredes como radiadores o convectores. Tan sólo se deberá tener en cuenta la colocación de un armario para los colectores hidráulicos (similar a un armario de electricidad) en la pared. El espacio habitable queda de esta forma totalmente libre y despejado dejando total libertad para el diseño de interiores.
6.- También enfría
Existe la posibilidad de usar la misma red de tuberías dentro del pavimento para calefacción y refrigeración radiante hace que este sistema de climatización sea cada vez más interesante en su selección.
Desventajas del suelo radiante
Sin embargo, como en todos los sistemas, también existen una serie de inconvenientes a tener en cuenta.
1.-Precio del suelo radiante
La instalación de un sistema de suelo radiante suele requerir una inversión económica superior a la que requieren otros sistemas, aunque el objetivo debe ser el de amortizar dicha inversión en un plazo razonable.
El precio medio del suelo radiante por m2 puede estar en los 50 euros/m2 sin incluir el precio del mortero. En la instalación de suelo radiante en una vivienda de unos 100 metros cuadrados el precio puede quedar entorno a 6.000 y 7.000 €.
2.-Sistema de alta inercia
Son sistemas que presentan una elevada inercia térmica ya que se trata de calentar o enfriar la masa que se encuentra sobre la superficie, por lo que su aplicación es conveniente en aquellos espacios en los que su utilización se haga de forma continuada. Además, este sistema no se adapta bien a los cambios bruscos de temperatura exterior debido al tiempo que tarda en calentarse y/o enfriarse toda la instalación. Esta característica que puede ser una ventaja para lugares de uso continuo, supone una desventaja para lugares en los que se prevé apagar y encender la caldera todos los días.
3.-La instalación requiere de gran conocimiento técnico
Este tipo de instalación conlleva cierta complejidad técnica, no tanto en su instalación sino en su mantenimiento. Por tanto, la instalación y mantenimiento del suelo radiante deben ser realizados por personal muy cualificado. En refrescamiento la instalación requiere de más atención, si cabe, ya que el factor humedad debe estar perfectamente controlado, para evitar problemas de condensación.
Si necesitas más información sobre suelo radiante, o cualquier otro sistema de energía sostenible para tu vivienda, no dudes en contactar con nosotros.